Yo soy la nodriza de vuestra vida física. Vosotros vivís porque yo vivo, pero si continuáis debilitando mi energía vital, ya no estaré en condiciones de asistiros, y entonces moriréis. Vuestras obras no me dan fuerza, ni me consuelan. Vuestro amor ya no lo siento. Mi faz está llena de bruma y la luz se ha vuelto débil y la sombra espesa. Verdaderamente son pocos los que me aman y me asisten, a éstos les doy mi amor y mi ternura de nodriza.
Pero cuantos, cuantos son indiferentes y destruyen sin piedad lo que me es indispensable para regenerarme y dar sin pedir nada. Muchos me piden lo imposible y me torturan continuamente.
Yo soy la Tierra, la nodriza de vuestra vida física. Yo soy la fuente de vuestro bienestar. Respetadme y amadme. Seréis respetados y amados. Yo soy la Tierra.
Eugenio Siragusa
Valverde, 12 de Octubre de 1974